(Imaxe baixada de internet)
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Ni los portazos a deshora, ni las cisternas escandalosas, ni
los pelos rancios por doquier, ni el ambientador pestilente, ni los insectos de
las grietas… harán que me sienta una rata en este motel de mierda. Estoy aquí
por voluntad propia y porque soy muy generoso. Mi mujer me repetía siempre que
necesitaba paz, tranquilidad. Así que la he dejado sola disfrutando de nuestra
lujosa vivienda todo el tiempo que aguante. Hasta que los vecinos detecten el
hedor.
Relato creado para a páxina ENTC
2 comentarios:
Gustaríame máis un cambio de sexo...
¿Máis ca que...?
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