(Imaxe procedente de internet) |
Xa
murcha e asumindo o fracaso, caeu do ceo un anxo octoxenario. Só
aceptei matrimonio cando tiven a seguridade do testamento favorable.
Pronto deixei o meu traballo para coidalo e facer que o seu
percorrido final fose o máis plácido e lixeiro posible.
Acabo
de ler as súas últimas vontades. Deixou todo o seu xeneroso
patrimonio a unha institución benéfica. Un santo.
Vivir
a lo grande de los bienes gananciales fue mi objetivo vital. Siempre
desprecié proposiciones amorosas que me apartaran del camino a
seguir, marcado por mi padre en su lecho de muerte siendo apenas una
adolescente. Mi madre me había abandonado antes, deslumbrada por los
oropeles de un embaucador.
Ya
marchita y asumiendo el fracaso, cayó del cielo un ángel
octogenario. Sólo acepté matrimonio cuando tuve la seguridad del
testamento favorable. Pronto dejé mi trabajo para cuidarlo y hacer
que su recorrido final fuera lo más plácido y ligero posible.
Acabo
de leer sus últimas voluntades. Dejó todo su generoso patrimonio a
una institución benéfica. Un santo.
Creado para REC
4 comentarios:
Jajaj, muy buen final.
Besicos muchos.
:-) Moitas grazas.
Quedei algo desilusionada co final. Gústanme os finais felices. Jajaja
¡Pois este si que foi un final feliz: ti por aquí!!!!
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