29 mar 2014

¡SOL!

(Imaxe baixada de internet)


Por fin o sol
e volvémonos tolos.
Mellor que chova.








                      Por fin el sol
                                 y nos volvemos locos.
                                                     Mejor que llueva.




23 mar 2014

INOCENTE

(Imaxe de internet. Cadro de Bruno Amadio)






Desde aquela noite de inverno, papá non xogou máis con el. Espertou cos berros de mamá e entrou no cuarto sen pedir permiso. Ela, chorando, colleuno no colo  e levouno correndo á casa da veciña. ¡Que frío ía no corredor! Agora papá sempre está enfadado e non sabe que facer para que o perdoe.








Desde aquella noche de invierno, papá no volvió a jugar con él. Se despertó con los gritos de mamá y entró en el dormitorio sin pedir permiso. Ella, llorando, lo cogió en brazos y lo llevó corriendo a la casa de la vecina. ¡Qué frío hacía en el pasillo! Ahora papá siempre está enfadado y no sabe qué hacer para que le perdone.



Sellecionado para a publicación no I Concurso de microrrelatos “Otoño e nvierno”, de DIVERSIDAD LITERARIA

16 mar 2014

COMA SEMPRE / COMO SIEMPRE


(Imaxe baixada de internet)



Pegoulle o sono pensando que el tamén podía voar o mesmo ca ela; a que xace ó seu lado, esperta, soñando con que chegue un día no que non teña que simular o seu voo.





Se durmió pensando que él también podía volar igual que ella; la que yace a su lado, despierta, soñando con que llegue un día en el que no tenga que simular su vuelo.
Creado para REC


11 mar 2014

SÍNDROME DE ABSTINENCIA


Estaba tan deshidratada e descolorida, que non podía distinguir que especie de cogomelo era; pero recolleuna coma se fose de cristal de roca. A falta de cesto, utilizou o gorro, e levouna correndo á casa. Pechouse no despacho e apalpouna, uliuna, mirouna coa lupa…; só lle faltou bicala. O corazón latexaba con forza e as pernas tremían. ¡Non podería recibir mellor agasallo de reis! Agora tería que buscarlle un bo agocho para que a súa muller non dea con ela nin a bote ó lixo coma outras veces.




(Imaxe baixada de internet)
Estaba tan deshidrata y descolorida, que no podía distinguir qué especie de seta era; pero la recogió como si fuera de cristal de roca. A falta de cesto, utilizó el gorro, y la llevó corriendo a casa. Se encerró en su despacho y la manoseó, la olió, la miró con lupa…; sólo le faltó besarla. El corazón palpitaba con fuerza y  las piernas le temblaban. ¡No podría haber recibido mejor regalo de reyes! Ahora tendría que buscarle un buen escondrijo para que su mujer no la encuentre ni la eche a la basura como otras veces.